dimecres, 28 de juliol del 2010

Existencia 2.0

Con la arena deslizando suavemente

hacia la parte inferior del reloj,

se queman postulados inoperantes

mas no sin un sincero miedo atroz.

Se mantiene cierta atención expectante

tras destellos esfumados en la noche

recuerdos aciagos visitan mi mente:

risas, un olor, una copa, un coche.

Paradigma entre mi vida existo,

y en elipses periódicas me sitúo;

exhausto, audaz, pese a intranquilo,

me siento tragicómico, un Calisto

de carne y hueso… un excéntrico búho

el cual entre insomnio se mantiene en vilo.

dissabte, 26 de juny del 2010

FINALES DE DÉCADA

No es el día ni la hora.

Quizás no es la vida

- si creyésemos en la reencarnación,

digo -; pero ay de mis

frondosas elipses mentales

perdidas en masa gris,

mas llenas de amparo

y caramelos de fresa.

Peregrino del día a día

con la meta sobre bandeja de aceite

y no llego, no llego, no llego...

ni lo ansío en demasía hoy;

disfruto y dibujo el camino

con plumilla de ave

y tintero azabache,

de los de antaño.

Y la pluma a veces

se esconde con otras

bajo la calidez

de mi almohada de látex.

Quizás no es la vida, repito,

pero no me sesguéis:

dejemos que el reloj desvanezca,

crudo y matemático como es,

lo que deba pasar al olvido.

Y sí, quiero la luna

y sus cráteres,

y hasta un anillo

de los de Saturno.

Y quiero bailar descalzo

sobre la arena de la Barceloneta

o la de Playa Cahuita,

y quiero lamentos

que lleven mi nombre

en do crepuscular,

y también abrir los ojos

y acariciar su hombro

escuchando el dulce canto

de su negativa.

Y quiero más, y más de todo:

y más versos,

y más gente,

y más miradas de ojos verdes,

y de las de ojos oscuros,

y más dejarse ser en soledad,

y más conocerse a uno mismo en amistad,

y más calcetines desparejados

que dan sentido a una vida

que no es cuadrada:

¡no por favor!

No es la vida, quizás,

pero bajo la tenue luz del amanecer

colándose por las rendijas

de mi persiana sobrevivamos ésta.

Y brindemos, taciturnos que somos,

por las tormentas,

por los reencuentros,

por las cenizas al viento.

Y brindemos, con los ojos

fijamente sobre la mesa

y la mente a kilómetros.

Y brindemos por la corona poética

envuelta en metáfora

que positivos somos en esencia.

Brindemos, pues, por los días,

brindemos por las horas,

y brindemos, en efecto,

por la vida: Nasdarovia!

LA DANZA DE LOS ELEFANTES

Si llueve en color,

aunque me ahogara hace poco,

no pasa nada, aún sé nadar...

ya te contaré como son los peces.

Iniciado en los errores,

parece que todo me desliza

y me evado, tal vez asustado,

cuando el je t’aime está pronto a arribar.

Yo no busco crepúsculos,

como los surcaba Pablo;

ni para niñas preciosas

canto palabras como hacía J.A.

Más bien se me borra la senda

mas con cierto tesón y asintiendo,

con la vista tornada al dorso,

la recupero siempre.

Y sí, ¡ayer lloré!; ¿y qué?

y quizás mañana también.

Y ya no me asusta decirlo,

no me asusta, no me asusta.

dimecres, 23 de juny del 2010

AL-ANDALUS

Vestigios imponentes
dominan estas tierras,
sacros lugares nos atraen
como lo hacen con nostálgicos,
beatos y escépticos.
El presunto erudito
se siente minúsculo
ante el peso de los muros,
ante el paso de los siglos,
ante tal magnitud.

Nos perdemos
con la caída del sol
en angostos callejones
y en longevas alcazabas,
entre zíngaras que embaucan
al viajero despistado,
sefardíes que reclaman
su hueco en la memoria
y mercaderes de otros lares
que atestiguan un pasado.

Y sin más compañía
que la de la historia,
nos encontramos allí
donde la cruz es una más
en noche de cielo estrellado
y media luna posterior
al mágico atardecer,
pues es este un cielo diferente,
más cercano.
Y hoy me pregunto
en pleno y vertiginoso presente,
mientras corren los minutos
y los siglos aletargan:
¿qué extrañas gentes
hoy pueblan tus adarves?
¿qué será mañana
de los aceituneros altivos?
¿por dónde cabalgan
los jinetes ya muertos?
y ¿qué será, al fin y al cabo,
de las vastas, las grandes llanuras?

DE TRISTANES E ISOLDAS...

Tarde de martes en la que,
casi sin darnos cuenta,
entrecruzamos nuestros dedos
dirigiendo las miradas al infinito,
con cierto miedo a fijarnos
la una en la otra,
la otra en la una.
Y al rato, tras sendos abrazos,
largos y profundos,
de los que deseas detener
en el continuo espacio tiempo,
tras de unos labios inquietos
que solo encontraron cuello:
sí, será mejor que me vaya...

Aún vemos brillar las estrellas
ya muertas, actrices
en nuestro falso presente
mientras olemos, a distancia,
el triste perfume de las decisiones,
y una luciérnaga aletea
tácita sobre nuestras cabezas
regalándonos lumbre
en esta oscura noche de Jueves,
y siendo testigo único
de la calidez de las lágrimas,
de las suspendidas en mejilla
como de las compungidas
lloradas hacia dentro.
La luciérnaga está triste,
que tendrá la luciérnaga.

Y es que el mundo
está lleno de Tristanes
vencidos por sus ganas,
siendo más éstas que uno
en propósitos imposibles.
Y es que la tierra
está repleta de Isoldas
expectantes a la gesta.
Y quizás no habrá jinetes
cabalgando conjuntos bajo
el palidecer del plenilunio,
pero si espejismos de laguna
de brillante luz de luna,
y sentados sobre una roca
tan dura como la existencia misma
no nos queda sinó esperar
que nada sea tan maravilloso
como para ser imposible.

dimarts, 22 de juny del 2010

NUESTROS AÑOS DE REINADO

Que fue de aquellos años.

El barrio se rendía a nuestros pies.

Y hasta la ciudad me atrevería a decir.

La rebeldía se mezclaba

a veces con la insensatez,

los nobles ideales perdían valor

por la estupidez de nuestros actos,

pero éramos jóvenes.

Tuvimos mil batallas,

alguna derrota y muchas victorias,

mas siempre estúpidas las luchas,

y a menudo incomprensibles,

pero se mascaban el hambre de gloria

y las ganas de infundir

un respeto disfrazado de miedo.

TESOROS CASI DIVINOS

De niños la veíamos lejana aún.

Tan sólo nos preocupaba

el juego y crecíamos deprisa.

Bocadillos de Nocilla,

cromos de futbol

y partidos a miles.

Yo era siempre Julio Alberto.

Después la adolescencia

la vio posarse al final de la escalera.

Eran tiempos de reafirmación,

de contradicción, de rebeldía,

de amigos para siempre

e incluso de primeros versos toscos.

De amores idealizados,

de utopías hechas persona

y de primeras tentaciones.

Y al fin llegamos, años más tarde,

y descubrimos el compromiso,

la responsabilidad

y el valor de las personas.

Pero también el desengaño,

lo utópico de aquellas utopías

e incluso la muerte.

Pasamos de idealizar a Sid Vicious

a intentar entender a Leonard Cohen.

Hoy exhala sus últimos días,

y yo le escribo en cuartillas.

Me bloqueo a veces.

Las fotos me recuerdan

lo que ya no soy, lo que ayer fui

y lo que me ha hecho

ser tan yo en realidad.

Pero con la convicción

de haber sabido disfrutar de los tesoros

que supimos encontrar a veces,

que buscamos y no encontramos otras

y que también se nos plantaron

en frente cuando no los esperábamos.